Mapas para un Peregrino
Este viejo sillón, es un horizonte de tierra,
donde el cosmos fluye como máquina perfecta.
Donde hubo otro lugar, otro tiempo,
donde hubo…no sé, otra cosa.
Donde me erguí de pronto feliz,
del abismo donde ser copretérito era lo común
en este juego de espacio-tiempo,
de luz, y de sucesos cuando A
no se convierte en B.
Había señales de prohibiciones
por todos lados, en la vida en general,
y en tuya en lo particular.
Pero eres piel de ilusiones,
y geografía sin planos,
seducida por el vicio de las palabras,
siempre leal al blanco y al negro.
Verónica mía, abre mis labios,
-
Y mi boca
anunciará tu alabanza –
no hay otra piel que quiera habitar
donde la luz ilumina
la redondez de tus planetas
y donde la fuerza de gravedad se ejerce sobre mi,
desnudos,
recostados sobre este viejo sillón,
bajo ésos buitres llamados moscas
que revolotean con finas y enormes alas.
El ruido de refrigerador viejo
es una sinfonía para los dos,
de pronto en tu mapa se dibuja un cuerpo,
y en tu mar, la sonrisa de mi padre.
También la soledad,
la desabrida,
la preservación de la especie.
Ciertamente extraño tu silencio,
y como te inundé de plegarias.
Mi gata, se recuesta en mi cama,
después de todo este caos,
y ella misma sabe que mis oraciones hacia ti,
son los sentimientos más nobles que un humano puede
tener.
De haber sabido
que te volverías una fotografía,
te hubiera abrazado un rato más.
Foto por Eric Marváz
1 comentario:
Super Leo, genial para compartir en tu casa.Saludos niño.
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