Julio2010
Cazando minutos con la misma red rota,quise amarte como todas las almas del mundo.
Fingir que me importa
tu representación pictórica,
ésa que se ha perdido con las edades del planeta
y que al final de cuentas
está bien.
Porque se va desdibujando con la lluvia
entre átmos de color e ingravidez.
Millones de nanobios inmersos
en las llanuras de tu vientre,
viviendo y matando en el íntimo y receloso
calor de
tu pasado envejecido,
solo éllos tienen la certeza de tu eternidad.
Yo ya no lo sé.
Sin trabas, en vez de versos,
inutilizados en esta mesa de trabajo...
donde ya no se puede trabajar.
herramientas inútiles.
Ariadna,
no puedes dejar de irte como una (mi) Diosa
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