viernes, 26 de noviembre de 2010

Las lágrimas se oscurecen al llegar a la espalda baja de la Luna

Para Diana Laura López Díaz

Cuando quise hablar,
El paladar pegado a la lengua,

Porque cuando fuiste luz,
Cegaste,
Fuiste norma
Fuiste pérdida, y perdida,

Y, cuando ayer me contaste tus pesadillas,
que alguien te disparaba por la espalda,
de pronto me sentí más lejos de tí...

Pero hoy es diferente,
Sólo estás tú
yese aliento, que como
patos salvajes bajan a
burlarse de los patos
domesticados,
apagó la luz de la vela...
soplando, soplando, soplando como lobo feroz,
kilómetros de distancia que separan miles de esquirlas
de lo cotidiano...
de lo antaño...
de lo raro...
Digo tu nombre,
después tu rostro,
paisaje joven de dieciocho años.
Digo también tu risa,
después tu voz...voz, mar de ternura;
vos, y sólo vos,
relato irradiante de fuego cósmico y vientos celestiales,
vientos que soplan y apagan la luz tristísima de mis sirios
destinada a morirse como el cigarrillo de tus labios...
...
Lobo,
lobo,
¿estás ahí?


(Sé que vas a soñar bonito
escuchando los acordes de
mi voz)



2 comentarios:

Ariadna Lira dijo...

Con todo respeto Leonel, ya no deberías escribir aquí.Creo que (a ver si no me sanciona blogger, si es así se perdería poco)este sitio es un ensayo para vencer nuestros demonios.
Tu ya sobrepasaste esto, ya deberías preparar un libro,ya no eres un aficionado, ya todos tus poemas son luminosos, ya todas las flechas dan al centro.
Sinceramente admiro en extremo tu trabajo y comparía todos tus libros.
Un abrazo y hasta pronto.

Nasbid dijo...

Esa chica debe ser muy afortunada al ser amada con tanta ternura, y debe sentirse muy halagada de que plasmes de esa manera tan bella esos sentimientos tan intensos que sientes por ella...

que tristeza si no se da cuenta de que tiene todo el amor del mundo como dice Trent Reznor