Es bien sabido que los leones
no pactamos con los lobos,
porque así es más fácil.
Ya no caben en el mundo
las hormigas
que cargan a cuestas
las creencias de Dios.
Ahora ¿qué hemos de glorificar?
y ¿a quien debemos de dirigir las cruzadas?
Es bien sabido que los leones
habemos de ser enemigos a muerte
de los Lobos,
y en esta cena tenemos que fingir
que nos llevamos bien por ti,
y sólo por ti,
amor mío.
Después de que vayas a dormir,
me he de llenar las manos de sangre.
Ilustración de J. Axer
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