Imaginemos que sí,
que te sostengo la barbilla, que acomodo tu cabello
detrás de tu oreja,
que pisas mis pies y te levantas de puntas,
que cierras los ojos mientras acomodas los labios.
que puedo contarte los lunares y darte un beso en cada
uno.
Imaginemos que sí,
que nadie nos juzgará
por estar solos.
Al final, haremos una alabanza a los pequeños desastres
que andan por ahí.
3 comentarios:
Kronos tan existente como no,al fin tiempo, siempre venir a tu casa es encontrarse trabajos muy bellos.Abrazo a la distancia.
Si supieras querida Ariadna que ese poema surgió de uno de los momentos mas difíciles y menos hermosos que he tenido en toda mi vida
Wow...está muy fuerte, e inquietante
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