en un cuartel.
O al menos eso me dijeron.
Ni en su casa
ni en su trabajo
ni en la escuela sabían de él.
Desde hace algún tiempo lo habíamos
perdido
como la fe.
Habíamos mirado hacia adelante
con sueños de unicornios
que vomitaban arcoiris
difuminados entre las masas
porque la rutina era sentencia de muerte.
Habíamos mirado atrás
entre charcos de agua sucia
entre el lodo construimos castillos
para nuestras familias...
entre los perros callejeros
y semillas de belladona.
Y como a un perro lo mataron.
Dicen que el general
no quería gastar en balas
y usaron palos y piedras,
A golpes, groserías y escupitajos
los llevaron al patio,
le sacaron el ojo de vidrio
y a patadas le destrozaron
el que le quedaba,
Ciego y con las costillas rotas
dicen que se arrastró
hasta un charco para beber agua.
La abuela contaba que los muertos
lo ultimo que piden, es agua.
La luna de octubre iluminó el charco
y el frío de madrugada
hicieron dolorosa y lenta la partida.
Las ratas no perdonaron
que estuviera irreconocible.
A mi hermano lo mataron
en un cuartel.
O al menos eso me dijeron
para que dejara de preguntar.
Graffiti de Banksy
Foto de archivo de 1989 de las ejecuciones en China tras la revuelta de Tiannamen.
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